¿Cómo entendemos el TEA?
El trastorno del espectro autista afecta la forma en que tu hijo percibe el mundo. Esta nueva perspectiva dificulta la comunicación y la interacción social, además puede que presente conductas repetitivas o intereses restringidos.
En cada caso los síntomas y su gravedad varían en cada una de las áreas afectadas resultando que cada caso es completamente nuevo y diferente a otro. Por este motivo siempre se dice que existen tantos TEA como personas afectadas.
El TEA es un trastorno del desarrollo muy grave que se puede manifestar con sintomatología muy severa con niños con discapacidad intelectual hasta llegar a niños que tienen mermadas algunas áreas de la comunicación y del comportamiento sin presentar más alteraciones ni discapacidad intelectual.
Las personas con TEA pueden tener asociados alteraciones del funcionamiento intelectual, dificultades en la coordinación motora, atención y algunos aspectos de salud como el sueño y alteraciones gastrointestinales.
Es importante destacar que no hay un comportamiento, en sí mismo, que denote autismo. Es decir, no hay un solo comportamiento que, por el hecho de presentarse, quiera decir que ese niño o niña muestra un TEA. Ni tampoco a la inversa, es decir, que un niño no muestre un comportamiento concreto no quiere decir que ese niño o niña no muestre TEA.
Se habla de Tres grandes áreas como síntomas cardinales del autismo:
Alteración en la sociabilidad.- dificultades en las relaciones personales, dificultad para leer expresiones faciales, puede haber nulo o escaso contacto visual
Alteración en la comunicación.- dificultades para el uso y la comprensión del lenguaje. Algunos niños con autismo presentan un lenguaje muy limitado, otros no desarrollan lenguaje, otros focalizan su atención en determinados temas y otros casi exclusivamente repiten frases que han oído anteriormente o en el mismo momento (ecolalia).
Intereses restringidos, son niños que llevan a cabo actividades autoestimulatorias, repetitivas, sin un sentido aparente y en ellas ocupan básicamente su tiempo libre.
La carencia de habilidades genera estos comportamientos.
Estos tres grandes bloques varían de gravedad dependiendo del grado de afectación del niño y de las habilidades cognitivas que presenta.
Es importante evaluar de manera pormenorizada cada una de estas áreas para conocer qué carencias existen y dónde hay que incidir más.
Igual de importante es recordar que, independientemente del nivel de afectación, con las herramientas adecuadas y el método adaptado podemos alcanzar grandísimos logros.