Y ahora… ¿cómo contarlo?
Estáis en proceso de aceptación de diagnóstico o ya lo habéis asumido, bien, ahora toca hacer partícipe a la gente que queréis. Y ¿por qué contarlo?
Quizá y probablemente no quieras contarlo porque verbalizar lo hace más real o quizá tengas miedo a que estigmaticen a tu hijo y su mirada hacia él sea diferente para siempre. Si es así lo entendemos perfectamente y aquí de lo que se trata es de reducir al mínimo los malos ratos ya que toda nuestra energía debe estar puesta en el pequeño.
Si nuestro entorno es de pensamiento flexible y empático creemos que sí se debe contar para no hacer de esto nada oscuro o levantar sospechas de “comportamientos raros”. No hay nada mejor como ser claro y explicar por qué tu dinámica familiar va a cambiar y sobre todo, porque saber que le ocurre a tu niño les ayudará a relacionarse con él y además no escuchareis comentarios hirientes por desconocimiento. (por ejemplo no se pondrán a gritarle para que le haga caso o no dirán las típicas cosas de este niño “va a su bola”, menudo maleducado).
Conocemos a nuestros amigos íntimos y a nuestra familia al dedillo y sabemos o intuimos cómo podríamos decirle cosas tan duras como ésta. En el caso de los abuelos, si son muy mayores o no conocen absolutamente nada de la existencia de este tipo de trastornos podríamos decírselo así:
Ya sabemos por qué nuestro niñ@ tiene un comportamiento tan rebelde e independiente para lo pequeño que es, y también sabemos porque le cuesta tanto arrancar a hablar..
Una vez damos este primer titular ya podemos dar la buena noticia, pero ¿sabes qué? Nos han dicho que necesitará mucho apoyo y trabajo y que con tiempo irá alcanzando grandes objetivos.
Poco a poco y tras este primer impacto les podemos ir explicando más detalladamente en qué consiste esta discapacidad. Seguro que os cuentan algún caso similar que ellos recuerdan de algún vecino o del hijo de algún amigo pero que no sabían ponerle nombre.
Por otra parte LA INFORMACIÓN Y EL CONOCIMIENTO ayuda mucho tanto al que tiene que transmitir la noticia como al que la recibe.
Si tenéis la oportunidad acudir a apoyo psicológico, grupos de apoyo o cursos de formación de este tipo de trastornos ayuda sobremanera a entenderlo y, sobre todo, a ayudar al niño.